La
zorra si había hecho compagre del churi y andaba viendo cómo lo
podía comer. Y entonce lo envita un día a pasar las Pascuas y comer
las bodas en el cielo. Conversando con el compagre le dijo que no
podía ir a esa fiesta tan grande sin unas lindas botas nuevas,
porque si iban a réir cuando le vieran las rajetiaduras de las
patas. El churi le preguntó qué podía hacer. Entonce le dijo:
-Güeno,
compagre, yo le guá hacer un regalo. Yo le guá buscar unos cueros y
le guá preparar unas botas 'e potros de lo mejor.
La
zorra, cuando lo vido confiado al churi jue y buscó unos cueros, los
remojó bien y vino y le cosió unas botas bien altas al churi. Y
entonce le dijo:
El
pobre churi se puso al sol y cuando se le jueron secando las botas no
se podía mover. Ya no podía ni tomar agua ni comer, hasta que cayó
al suelo y se murió.
Cuando
lo vio cáido, la zorra se puso a bailar de contenta, y cuando se
murió lo agarró del cogote y se lo llevó a su casa ande se dio un
gran banquete. El churi 'taba gordo y le duró mucho tiempo la carne.
Juana
Vedia, 76 años. Villa Iglesias. San Juan, 1951.
Campesina
rústica. Buena narradora.
Cuento
334.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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