Había
llovíu. Áhi San Isidro ha buscau sus güeyes, los uñó al arado de
palo y si ha puesto a arar. Había lleváu un saco de cuero, de esos
antiguos, de porotos y máiz, y áhi 'taba para empezar a sembrar.
El
tigre ha andau por esos lugares con mucho hambre, ha saltau el cerco
del rastrojo y se li ha presentau:
El
zorro, que siempre anda atrás del tigre, que deja la presa que caza
tapada, pa volver, si ha dau cuenta de todo. Cuando San Isidro ha dau
la güelta, el zorro li ha gritau, haciendo la voz gruesa:
-Isidro,
¿no mi ha visto al tigre? Lu ando buscando pa matarlo. Ando con diez
perros tigreros y ya 'tán por saltar el cerco. Le andamos siguiendo
el rastro.
-Es
mi saco con porotos, señor tigrero.
Al
día siguiente vino San Isidro y trajo en una bolsa con dos caschis y
se los largó al zorro y lo mataron.
Sofía
de Jesús Silva, 60 años. Manogasta. Silípica. Santiago del Estero,
1950.
Campesina.
Buena narradora.
Cuento
370.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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