Dice que una vez había
una boda en el cielo y el zorro quería ir pero no podía. Entonces se va a la
casa de su compadre el cóndor y le dice:
-Bueno,
te voy a llevar, pero cuidao con estar corriendo a comer los huesos que tiren
del asao. Hay que portarse bien, sinó van a creer que somos muertos di hambre.
Cuando
han llegado al cielo donde era la boda, y han tirado los huesos, el zorro se ha
ido disparando a caiscar
los huesos. Entonces el cóndor le ha dicho:
Entonces se ha puesto a
hacer una soga larga. Cuando ya estaba terminada, empezó a bajar. Cuando de
repente ha encontrao unos loros que venían volando. Y el zorro se ha puesto a
insultarlos, diciendo:
-¡Ya,
ya, ya! -decía el zorro. Loros quichistas,
que no hablan como la gente, vengan, les voy a enseñar a hablar.
Entonces
los loros de rabia han empezado a cutiar
la soga hasta que se ha cortao, y el zorro cáido al suelo quedando flando.
Juana Apaza, 49
años. Barrios. Yavi. Jujuy, 1953.
La narradora no
habla quichua pero conoce todas las palabras de este origen que son comunes al
castellano de este lugar lejano de la
Puna jujeña.
El insulto del zorro
a los loros explica la actitud de los lugareños cuando dicen que no hablan quichua porque son argentinos; el quichua es de los bolivianos.
Cuento 541. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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