Dice
que había una zorra que tenía de comadre una perdiz. Que eran
comadres muy queridas. Y una mañana se presentó la perdiz a la
zorra y le dijo que se encontraba muy afligida porque el lión le
estaba comiendo todos sus hijitos. Que ya no sabía qué hacer. Y
entonces la zorra, después de pensar un momento, le dijo a la
perdiz:
Se
fue la perdiz y la zorra también salió. La zorra sabía adonde era
la guarida del lión y lo fue a buscar. Estando muy cerca de la
guarida lo vio al lión, y ella empezó a correr de un lado para
otro, haciendosé la que buscaba. Cuando el lión la vio, la chistó
y le dijo:
-Porque
allá, a la orilla de una laguna hi encontrau otro lión, que dice
que es su enemigo y está por venir a matarlo.
Entonce
dice que el lión dio un bramido muy enojado y le dijo que lo llevara
adonde estaba ése, que decía que lo iba a matar.
-Mire,
señor, aquí está. Ésta es su guarida y ahora si ha metido ahí
porque está descansando para ir a peliarlo. Agachesé despacito y lo
va a ver.
El
lión si acercó despacito a la laguna, miró y vio su propia figura
en el agua. Creyendo que era otro lión, dio un tremendo bramido, se
paró en dos patas, dio el salto y se hundió en esa parte de la
laguna que era muy honda. Desapareció y la zorra no lo vio más.
Hortensia
Arancibia de Cáceres, 72 años. Humahuaca. Jujuy, 1968.
Persona
de prestigio en su medio. Descendiente de antiguas familias criollas
de este viejo pueblo de la Quebrada de Humahuaca. Aprendió este
cuento de la madre que era una gran narradora.
Cuento
462.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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