Diz que un chilicote
que vivía en el campo s'hizo con gran sacrificio una casita. Había llamao a
muchos de su familia que li ayuden y al fin la había terminado.
Diz
que la estaba estrenando a la casita cuando llega el lión, y como es tan
soberbio la pisa y la aplasta a la casita. El chilicote apenas pudo salir por
una rendija y se le paró adelante al lión y le ha dicho:
Áhi si
ha enojado el chilicote y lu ha desafiau a una guerra. El lión ha dicho que
güeno y ha dau la fecha del encuentro.
El
lión se jue muy tranquilo a su casa. El chilicote se puso a trabajar noche y
día formando un ejército de avispas, abejas, bumbunes, guanqueros, todos
animales de flechas. A todos les iba concentrando en canutos de caña.
Diz
que habían pasado varios días y el lión resolvió mandar a uno de sus
sirvientes, al zorro, con la misión di averiguar con qué juerzas contaba el
chilicote.
El
zorro ha llegado a la casa del chilicote y li ha dicho que venía de parte del
lión a ver si ya 'taba listo. El chilicote ha contestado que ya. Y diz que el
zorro de curioso ha dicho si puede mostrarle parte de sus juerzas. El chilicote
largó la primera compañía y las avispas enojadas lu han agarrao al zorro por
todas partes ande lo podían picar y lu han dejao lleno de tolondrones y cuasi
ciego. Y así volvió el zorro a llevarle la noticia al lión. Cuando el lión lu
ha visto tan hinchao le ha preguntao si por qué volvía en ese estado, cuasi
desconocido.
Diz
que el lión, cuando ha llegado el día señalado, ha invitado a su señora, la
liona, y a animales de garra, como liones, tigres, gatos monteses. Y si ha ido
seguro de que ya se puede dar por ganado.
Diz
que se han encontrado y el chilicote ha largado todas sus fuerzas. Los bichos
de flechas han salido furiosos y los han agarrado a los bichos de garras por
todas partes del cuerpo ande se podían prender y los han flechado. Estos bichos
de garras bramaban y se revolcaban de dolor y no sabían qué hacer. Al fin han
disparado todos y ha ganado el chilicote.
Diz
que cuando el lión ha visto que todos 'tán hinchaos como el zorro, si ha dau
cuenta de la picardía de éste y lu ha sacao corriendo. El zorro se ha disparau
y si ha metío en una cueva. Y áhi ha quedao el lión esperando.
Diz
que una vez que el zorro si ha créido seguro y que se li ha pasau el susto, ha
empezao a ponderar las patitas que lo habían salvao, enojandosé en cambio con
la cola que le ha servíu de estorbo. Y áhi li ha dicho a la cola que la va a
botar y sin querer la ha sacao un poco. Áhi el lión lo ha pillao de la cola, lu
ha sacao afuera y lu ha muerto pa que le pague todas las que li ha hecho. Y así
ha terminao el zorro.
Águeda Avellaneda,
75 años. Los Quinteros. Tinogasta. Catamarca, 1946.
Nativa de la región.
Muy buena narradora.
Cuento 517.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
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