El
zorro y el quirquincho eran compadres y resolvieron hacer una
sociedá. Y el zorro era el socio y el quirquincho el sembrador.
Entonces
el quirquincho sembró papas. Y cuando fueron a cosechar, el
quirquincho sacó todas las papas de abajo y al zorro le tocó el
tallo y las hojas.
-Bueno
-dijo el zorro, compadre, creo que vamos mal así. Tenemos que elegir
de otra manera -le dijo.
-Elija
no más -le dijo el quirquincho.
Bueno...
El quirquincho decidió sembrar trigo. Cuando el trigo creció y
fueron a cosecharlo, al quirquincho le tocaron todas las espigas del
trigo y al zorro las raíces. Entonces el zorro le dijo a su
compadre:
-Compadre,
no podemos seguir la sociedá. Ahora, lo que dé arriba va ser para
mí y lo que dé abajo para mí también. Y lo que dé en el medio va
ser para usté.
Entonces
el quirquincho decidió sembrar maíz. Y crecieron las chacras y
cuando fueron a cosecharlo, al zorro le tocó todas las flores del
maizal y las raíces y al quirquincho todas las espigas cargadas de
maíz.
Y
así, una vez más, el quirquincho venció las picardías del zorro,
que se cre que es el más vivo de los animales.
Oyó
el cuento al abuelo que sabía muchas narraciones.
Cuento
318. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
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