El rey
Qi Jing estaba enfermo. No había podido levantarse de la cama desde hacía un
mes. El médico del palacio hizo lo imposible para curarlo. Pero el rey no
respondió positivamente al tratamiento. Se sentía pesimista y desesperado.
Tenía terror a la muerte y se aferraba a la vida por todos los medios.
Una
noche tuvo una pesadilla. Soñó que luchaba contra dos soles. Fue derrotado y
quemado por unas bolas enormes de fuego. Las llamas al rojo vivo lo abrasaban
despiadadamente. Despertó gritando en su delirio, bañado en sudor frío. No
puedo volver a conciliar el sueño. Aguantó hasta el amanecer, hasta que vino el
consejero, a quien le dijo en un tono casi agonizante:
-Ya no
puedo vivir mucho tiempo. Anoche soñé que luchaba contra dos soles. Me
derrotaron y me quemaron hasta la muerte. Eso supondrá el fin de mi vida.
Su
inteligente consejero trató de consolarlo:
-No se
desespere. Voy a llamar al adivino de los sueños para que le dé su explicación.
Envió un
carruaje para traer al adivino enseguida. Lo esperó en la antesala. Al cabo de
un momento, llegó el vidente y preguntó al consejero:
-¿Me
llamaba para algo? Aquí me tiene a su entera disposición.
-Mire
-empezó a ponerlo en antecedentes-, anoche Su Majestad tuvo una pesadilla en la
que soñó que luchaba contra dos soles. Lo quemaron hasta la muerte. Este sueño
le ha causado gran malestar y miedo. Por eso lo hemos convocado para darle una
explicación adecuada.
-Para
eso necesito consultar el libro de los sueños -dijo el adivino mientras abría
el grueso manual.
-No es
necesario -se lo impidió el consejero-, porque la enfermedad que padece nuestro
rey es del yin, mientras que el sol es el yang. El hecho de que el yin haya
sido derrotado por dos yang supone que su enfermedad será curada. Por eso el
sueño es un buen augurio. Vaya a interpretar su pesadilla en estos términos.
Cuando
entró el mago en el dormitorio real, el monarca se sintió tan próximo a la
muerte que casi ni tuvo fuerzas para contarle su pesadilla. Terminó con los
ojos cerrados, agónico.
El mago
ya tenía su versión preparada. Le dijo con un tono lleno de júbilo:
-Majestad,
permítame felicitarlo.
-¿Por
qué me felicita? -el monarca abrió enseguida los ojos.
-Porque
este sueño significa que se va a mejorar inmediatamente. El mal que padece es
el yin, el sol es el yang. El hecho de que el yin haya sido derrotado por el
yang significa que pronto mejorará sustancialmente su salud.
El rey
se incorporó de la cama con ánimo. Sintió que su espíritu, agobiado por el pesimismo,
se aliviaba, y se impregnó de una inaudita vitalidad.
Al
tercer día se recuperó totalmente. Para celebrar su repentino restable-cimiento
se entrevistó con el mago que le pronosticó el cambio en la evolución de su
enfermedad:
-Realmente
estoy muy agradecido. Tú fuiste la persona que me dio ánimo y vitalidad cuando
me encontraba en estado crítico. Dime si quieres una recompensa en dinero o en
algún puesto público.
El mago
no pudo más que decir la verdad:
-Majestad,
fue su consejero personal quien me dio las directrices para la interpretación
de su pesadilla.
El rey
convocó a su consejero para manifestar su gratitud. Éste le dijo:
-Lo que
hice fue disipar las excesivas preocupaciones que le agobiaban y le causaban
pesadez espiritual. Pero si se lo hubiera dicho yo no me hubiera creído. Por
eso, el mérito ha sido del intérprete de sueños.
A pesar
de la modestia de su consejero, el rey decidió premiar generosa-mente a los
dos.
005. anonimo (china)
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