El asno de kuichu
Anónimo
(china)
Cuento
Nunca se había visto un
asno en Kuichú, hasta el día en que un excéntrico, ávido de novedades, se hizo
llevar uno por barco. Pero como no supo en qué utilizarlo, lo soltó en las
montañas.
Un tigre, al ver a tan
extraña criatura, lo tomó por una divinidad. Lo observó escondido en el bosque,
hasta que se aventuró a abandonar la selva, manteniendo siempre una prudente
distancia.
Un día el asno rebuznó
largamente y el tigre echó a correr con miedo. Pero se volvió y pensó que, pese
a todo, esa divinidad no debía de ser tan terrible. Ya acostumbrado al rebuzno
del asno, se le fue acercando, pero sin arriesgarse más de la cuenta.
Cuando ya le tomó
confianza, comenzó a tomarse algunas libertades, rozándolo, dándole algún
empujón, molestándolo a cada momento, hasta que el asno, furioso, le propinó
una patada. "Así que es esto lo que sabe hacer", se dijo el tigre. Y
saltando sobre el asno lo destrozó y devoró.
¡Pobre asno! Parecía
poderoso por su tamaño, y temible por sus rebuznos. Si no hubiese mostrado todo
su talento con la coz, el tigre feroz nunca se hubiera atrevido a atacarlo.
Pero con su patada el asno firmó su sentencia de muerte.
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