Había
una vez un patrón que tenía un perro que cuidaba las ovejas. Un día
se lo encontró un zorro. Éste le pidió una oveja porque tenía
hambre. El perro estaba flaco y no lo podía pelear ni defenderse.
Entonces le dijo el perro al zorro:
-Bueno,
mirá, yo me la como y allí cerca me escondo. Vos decile al patrón
que te la ha comido el zorro. Y cuando venga el patrón salí
buscandomé. Yo voy a disparar. Entonces te hago una gambeta y vos te
caís. Y van a ver que te has cáido de flaco. Así hizo el perro y
al ver el patrón que el perro se caía, lo engordó un poco. Y cada
vez que el zorro le comía una oveja, el perro lo salía a correr,
pero no lo agarraba nunca, porque no quería.
Un
día el zorro se fue a comer charqui al real del perro. Éste tenía
allí vino en una bota. El zorro comenzó a chupar hasta que se
emborrachó. Una vez borracho comenzó a cantar. Entonces lo
sintieron otros perros y allí lo mataron al zorro que había hecho
engordar al perro y a la vez había engordado él.
Francisco
López, 45 años. Covunco. Picunches. Neuquén, 1952.
Hacendado
culto. Oyó el cuento a peones de campo.
Cuento
450. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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