Una
vez, dicen que el tigre tenía una cuevita en una aguada. Un
charquito que gotiaba de una vertiente, en una barranca. El toro lo
encontró la aguada. Como no anda bien con el tigre, el toro se bebió
todo l'agua. Y ya se dio vuelta. Ha bostiado y lo dejó ensuciado al
agua.
Cuando
vino el tigre pa tomar, la ha encontrado toda sucia. Entonce el tigre
le buscó al toro pa peliarlo. Y lo encontró en una cueva -el toro
tenía también su cueva.
Y
claro, como los dos son rivales. El tigre también le tenía miedo.
El toro le ganaba siempre. El tigre salta sobre el lomo, y el toro lo
clava con el asta.
Tenían
que peliá cerca 'e la cueva del toro. Entonce el tigre ya ha
invitado su ejército. Y su ejército se componía de todos los
bichos grandes, con garras, los osos, leones, tigres, zorros. El
tigre ha rugido pa llamar sus compañeros. Y ha juntado un ejército
grande.
Pasó
como cuatro o cinco días. Y el toro 'taba así no más. Él estaba
afilando las astas no más. Y va el escarabajo, y lo habla, lo
saluda:
-Buen
día, señor Toro. ¿Y qué va hacer usté solo? El tigre tiene un
ejército muy grande y en tal parte 'tá reunido. Si quiere yo lo voy
ayudar.
Y
el escarabajo se ha compadecido del toro; como siempre él hace su
bolo de la bosta de vaca, donde se rodea la hacienda. Por eso quería
ayudar al toro.
Él
subió, entonce, al cerro más alto, y empezó a hacer su canto:
rom... rom... rom... En seguida vienen los que tienen alas y flechas,
avispas, San Jorges, Guancoiros de todas clases. Y así ha juntado y
tenía los cerros llenos. 'Taba hirviendo la cueva de bichos.
Y
el escarabajo ya ha instruido a su ejército, a sus soldados. En el
momento del combate 'taban designados dos a los ojos y dos bajo la
cola. Áhi tenían que flechar ellos al enemigo.
El
zorro ha ido como de patrulla. Pero como el escarabajo 'taba alerta,
lo ha visto. Le mandó cuatro: dos lu han flechau en los ojos y dos
en la cola. Y el zorro desesperado se revolcaba y se ha dado unos
golpes y no se podía defender. No se desprendían los enemigos.
Menos mal que había un charco di agua, y si ha metido en el agua. En
el agua ya se salieron los enemigos, pero 'taba con los ojos
hinchados, no podía ver. Entonce el zorro no volvió, ha quedau por
áhi, enfermo.
Cuando
pasó más tiempo, el tigre ordenó que siguieran, que no esperen el
zorro, que algo le pasó. Entonce ha elegido un aban-derado. Y ha
dicho el abanderado:
-Como
yo voy adelante, siempre que alce la cola, vamos ganando la batalla;
cuando baje la cola, ya 'tá perdido la batalla -y ya había que
disparar.
Y
cerca de la cueva del toro salieron todos a atacar. Y muchos, como
son chiquitos, no se le ven. El escarabajo ordenó a los de flechas:
¡al encuentro! Lo primero que han hecho, atacar al abanderado. Y el
abanderado, de tres chuzazos no aguantó más. Al primero, saltó; al
segundo, dio un brinco en el aire, y al tercero, se disparó. Y los
atacaron a todos. Así que era una batalla muy peliada. Los animales
de uña se daban golpes en la tierra, en las plantas, quebrando
gajos, se revolcaban, 'taban enloquecidos, que no sabían cómo
defenderse. Y salió perdiendo el tigre, se disparaba todo su
ejército. Y entonce que aparece el patrulla, el zorro y que gritaba:
Y
el toro muy agradecido se ha despedido del escarabajo y el escarabajo
si ha ido con sus amigos, y yo m' hi venido para acá.
Nativo
de este lugar lejano de la Puna. De familia colla.
En
el cuento tradicional no intervienen animales domésticos, como en
éste.
Cuento
508. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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