El
sapo y el zorro hicieron una apuesta, de quien ganaba una carrera.
Y
fueron ese día a la cancha. Y se pusieron en la raya y contaron:
uno, dos, tres. Y largaron. Y cuando salieron, el sapo saltó sobre
el cogote del zorro y se quedó quieto. Como es peludo el zorro no se
dio cuenta. Cuando llegaron a la otra raya, saltó el sapo adelante y
le ganó al zorro. Y el zorro ni se dio cuenta que lo embromó el
sapo.
Medardo
Farbán, 49 años. Santa Catalina. Jujuy, 1951.
Cuento
477. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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