El
zorro y el tigre entraron a comer a una casa donde se hacía una
boda. Entraron por un agujero muy chico que encontraron.
Llegaron
al trotecito y entraron muy despacio para que no los sintieran. El
tigre, como es más grande, entró con alguna dificultá. Comieron
mucho. El zorro comía un poco y salía y probaba si podía salir por
el agujero. El tigre no sabía por qué hacía eso el zorro y seguía
comiendo, y se puso muy panzón. Cuando llegaron los dueños de casa
y los invitados, el zorro disparó, pero el tigre no pudo pasar y
quedó encajado en la salida. Ahí lo apaliaron hasta que creyeron
que 'taba muerto y lo tiraron afuera.
Después
de unas horas, el tigre, medio molido a palo, se pudo mover. El zorro
andaba por ahí cerca, y cuando lo ve, se tira al suelo y se pone en
la cabeza una tortita de manteca que había sacado. Cuando llega el
tigre muy enojado, empieza a quejarse:
Entonce
le dijo el tigre:
-Yo
te voy a llevar como pueda -y lo alzó a cococho. El tigre caminaba
con mucho dolor, y casi no se tenía en pie. Y el zorro, como no
tenía nada, iba cantando:
Entonce
se dio cuenta de todo el tigre, y un poco más, dio un corcovo y lo
tiró al zorro entre unas piedras, y le dice:
Al
cuento tradicional que corresponde al tipo 41 de Aarne-Thompson
se agrega el tipo 6, El enfermo fingido.
Cuento
439. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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