Una
vez se dijustaron el tigre con el quirquincho bola. El enojo fue tal
que se declararon en guerra. El tigre buscó todos los animales más
grandes y de garra, liones, panteras, zorros, pumas, perros, gatos,
en fin, cuantos eran temibles.
Por
su parte, el quirquincho juntó todos los de aguijón, avispas,
bumbunes, abejas, que fue colocandolós en dos porongos. Ya alistados
los ejércitos, el tigre mandó al zorro para que hable con el
quirquincho y acuerden acerca del día y lugar donde se llevaría a
cabo la batalla. Se presentó el zorro quen habló al quirquincho de
esta manera:
-Muy
bien -contestó el quirquincho, quen no demoró en sacar dos avispas
de uno de los porongos, las que atacaron al zorro.
El
zorro al sentirse flechado se revolcaba, daba saltos, se enloquecía
y corrió a meterse en el río. Luego todo hinchado y dolorido llegó
adonde estaba el tigre. El tigre le preguntó si qué le había
pasado por lo que venía así.
-Hi
peliado con todo el ejército enemigo, le puedo asegurar a usté que
no los harán nada. El puñado de soldados no alcanza a llenar dos
porongos y mañana los esperan.
Al
día siguiente el tigre fue con todo su ejército. El tigre como
jefe, se había colocado arriba de un bordo, y de pronto, sin
comprender lo que pasaba, vía que toda su gente se revolcaba y se
golpiaban como enloquecidos entre una polvareda. Como los bichos se
desbandaron por todos lados, llegaron unas avispas que pusieron en
desesperante situación al tigre. El zorro que se había colocado en
un buen escondite gritaba riendosé:
Que
pase por un zapato roto
y
que usté me cuente otro...
Cuento
521. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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