Después
que el zorro le hizo muchas burlas al tío, el tigre, muy enojado, lo
siguió buscando. A los pocos días lo ve en un pastizal en donde
andaba comiendo una gran majada de ovejas. Juan andaba por robar un
cordero. Entonces el tigre se acercó sigilosamente y logró atrapar
al zorro.
El
zorro áhi no más le inventó un cuento. Le dijo que lo andaban
buscando para que sirviera de juez entre dos carneros que discutían
cuál era más ligero. Y él había visto, en esos días, que estos
dos carneros andaban en ese pleito y lo aprovechó, y le inventaba un
encuentro. El tigre aceptó y el zorro fue a hablar a los dos
carneros que andaban siempre peleando. Y los carneros también
aceptaron. Entonce el zorro lo puso al tigre en un lugar y los dos
carneros a la misma distancia y les dijo que tenían que encontrarse
en donde 'taba el tigre y toparse. Y el zorro dispuso todo y dio la
voz de ¡aura! Y los carneros, que tenían miedo al tigre, vieron la
oportunidá de matarlo. Salieron corriendo a gran velocidá y
llegaron al mismo tiempo ande 'taba el tigre y lo dejaron por muerto,
en el suelo, con las costillas rotas. Cuando lo vio desmayado al
tigre, el zorro se fugó otra vez y la majada de ovejas se disparó
también.
Silvano
Arístides Hernández, 61 años. Mar del Plata. Buenos Aires, 1958.
Variante
del cuento tradicional.
Cuento
415. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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