El zorro no sabía cómo hacer para llevarle
los pollos de una gallina que andaba escarbando en una casa. Hasta que al fin
se acercó. El zorro desconfiaba que si le salía muy de golpe, la gallina se
asustara y gritara, y iban a salir unos perros muy bravos que había en la casa.
-Si usté quiere, yo
puedo ser su compadre, y yo tengo escuela. Yo los puedo llevar a los niñitos.
Ahora puedo llevar dos y después los otros. Y la gallina acepta y le dice:
Se va el zorro con los pollitos. Se los come
y al otro día vuelve otra vez por otros dos. Y vino todos los días hasta que
los terminó. Y al último le
invita a la comadre gallina para que vaya a ver la educación de sus hijos.
Van a una cueva de
vizcachas y da allí unos manotones en la tierra, el zorro, y de adentro las
vizcachas contestan:
Andrónico Gil Rojas, 60
años. Santiago del Estero ,
1951.
El narrador es director
de escuela jubilado. Me dictó este cuento de los muchos que él ha recogido en
el norte de Santiago .
Ha publicado un libro con una recopilación de cuentos populares.
Cuento 88. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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