El tigre tenía de sobrino al zorro.
El zorro era muy diablo. Le hacía traiciones muy malas al tigre.
Una güelta lo encontró al zorro con
la tigra, lo agarró áhi. Parece que la tigra lo quería al zorro. El tigre lo
escapó por agarrar al zorro, y áhi el zorro le dijo a la tigra:
El tigre salió áhi no más atrás del
zorro, pero no lo alcanzó. Pero lo siguió buscando por el monte, por los
pajales, por los arroyos. Por áhi lo encontraba, pero el zorro disparaba, se
escapa con su tretas, y no lo podía castigar el tío, no lo podía agarrar.
Después de mucho tiempo el tigre
dijo que se iba hacer el muerto. El tigre había buscau dos perros galgos, que
era la policía, pa que cuide la gente del velorio. Y ya avisaron a todos, que
el tigre 'taba muerto. Y empezaron a venir al velorio. Y bueno, llegó el zorro.
Traiba un avestruz de caballo y una liebre de tiro. Y cuando él llegó al velorio,
que 'taba la policía y mucha gente. Y entonce le dicen al zorro:
Entonce el tigre se ha retorcido y
se ventoció. Y entonce dice el zorro:
Y disparó el zorro y le largaron la
policía, los galgos de atrás. Y cuando llegan a las pajas él se tiró al suelo y
se escondió. Y se les ganó al pajal y claro, no lo pudieron encontrar, se les
escapó.
Manuel Conte, 66 años. Estancia La Calera. Palmar de
Colón. Colón, 1970.
Peón de estancia, originario de la
región.
Cuento 186. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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