Una vez había un tigre que andaba con un zorro. El zorro le
decía tío al tigre .
Un día el tío le dice:
Se va el zorro, arría la
majada y el tigre
pilla una y la carnia y se pone a comer. Y el zorro estaba a la par, dele
mirarlo. El tío no le convidaba nada, entonce le dice el zorro:
El tigre :
-Bueno, tomá la vejiga y
no me embromés
más porque tengo que dormir un rato, si no te como a vos también.
Entonces el tigre se
acostó a dormir y el zorro la puso a secar a la vejiga, y cuando estuvo seca,
la llenó de moscas y el tigre estaba roncando. Luego la ató con un piolín bien
ceñidito, y la ató en la cola del tigre , bien ceñido, y le
dijo:
Se levantó el tigre y
salió disparando y al llegar al cerro se dio vuelta a peliarla a la policía, y
se halló la vejiga atada a la cola, y se volvió a comerlo al zorro. Y cuando el
zorro lo alcanzó a ver salió disparando y se fue hasta junto la cueva, y ahí
estaba esperandoló al tío, y cuando el tigre
iba llegando se largó el zorro a la cueva. Áhi el tigre metió la mano y lu agarró de la cola.
Entonces el zorro le dice, de abajo:
Y el tigre confiado lo largó creyendo que era la
raiz, y el zorro cayó de hocico dentro de la cueva.
El tigre se sienta a esperarlo en la puerta de
la cueva y no salía, y no salía. El tigre
mira para arriba y ve un cuervo posado en un árbol y le pregunta si servía para
centinela. El cuervo le dice que sí, entonces al cuervo le pide que cuide la
cueva que ya iba a volver, que se iba a trair una pala para cavar, para sacarlo
al zorro y comerlo. El cuervo estaba atravesado en la boca de la cueva, y sale
el zorro, y lo encuentra al cuervo y le pregunta qué hace. Y le dice el cuervo
que estaba de centinela. Y le dice el zorro:
Entonces el cuervo se
pone firme y abre los ojos grandes. Y alza el zorro un puñado de tierra y le
echa en los ojos. Entonces cae antarca
el cuervo y sale el zorro disparando y lo deja al cuervo. Y viene el tigre de allá y le
pregunta si estaba tuavía. Y el cuervo le dice que sí. Entonce el tigre se pone a cavar y a
cavar. Y al llegar al plan
de la cueva no halló nada. Se dio la vuelta a comerlo al cuervo y no lo
encontró, porque el cuervo ya había tomado vuelo. Siempre el sobrino lo embroma
al tío.
Jacinta Pérez, 27 años.
Los Bulacio. Cruz Alta. Tucumán, 1952.
Campesina que ha
concurrido a la escuela primaria.
Cuento 110. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
No hay comentarios:
Publicar un comentario