Cuento popular
En una ciudad había un
conejito que tenía de amigo un sapito. Encontrán-dose ambos el mismo día, se
hacen una propuesta entre los dos. El conejo le dice:
-Vamos apostando a las
carreras, a ver cuál de los dos ganamos.
Y aceptada la propuesta,
quedó señalada la carrera para el tercer día.
Cada uno se fue a la casa
y se le viene la idea al sapito conversar a sus amigos lo sucedido:
-Tengo esta propuesta de
ganar la carrera. ¿Qué hago? Quiero ganarle yo al conejo.
Uno de ellos dice:
-Te acompañamos nosotros
y te hacemos ganar la carrera.
-Pero, ¿cómo, si es de
correr una legua? -preguntó el sapito.
-No importa -contestan
los otros.
-Mañana que te toca
correr nos ponemos uno en cada cuadra. Y cuando empezó la carrera, el conejo
con el sapito dicen:
-A la una, a las dos y a
la tercera...
Sale el conejo disparado.
Antes de llegar a la cuadra, regresa a ver al sapo y no lo ve. Dice: "Ya
quedó atrás"... Sigue corriendo. Al llegar a la cuadra, faltando un metro,
le ve al sapito adelante de él. Fatigado, dice:
-Tengo que ganar yo la
carrera.
Y nuevamente sigue la
carrera. Así hacía el conejo hasta llegar a la meta, triunfandó siempre el
sapito. Y el conejo se queda desilusionado al ver que el sapito siempre le
ganó. ¿Cómo fue esto?
Los sapitos celebraron el
triunfo de su amigo y compañero con un banquete, dejándole al conejo
desengañado.
Colorín, colorado, este
cuento está terminado.
033. Anónimo (ecuador)
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