«¡Qué
extraño garrote» -pensó Franz el cazador que, paseando por el
bosque, acababa de tropezar con un extraño bastón lleno de nudos,
que yacía en tierra. Se agachó a cogerlo y, nada más hacerlo,
apareció un duendecillo y le pidió que formulara tres deseos.
-Deseo
tener una hermosa cabellera -dijo Franz, que era totalmente calvo.
Al
punto, empezó a crecerle el pelo hasta que, de tan largo, tuvo que
hacerse trenzas.
En
aquel momento dio en pasar por allí su amigo Hans.
-Estás
horrible -se burló.
Franz
recogió de nuevo la estaca y apareció el duende.
-¿Qué
quieres ahora? -preguntó.
-Deseo
volver a ser calvo -suplicó Franz.
-Es
cierto, ese pelo tan largo no te sentaba nada bien -replicó el
duende.
Devolvió
a Franz su calvicie y este se sintió mucho mejor de repente. La
naturaleza siempre hace bien las cosas.
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anonimo cuento - 064
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