Una
noche, dos ladrones robaron a un rico granjero. Se llevaron, junto
con otros objetos de algún valor, un burro y un caballo. Con las
prisas de la huida, cargaron todo el botín sobre el burro.
Tomaron
el sendero que llevaba al bosque. A mitad de camino, el burro empezó
a desfallecer, rendido por el peso, y le pidió al caballo que le
llevara la mitad de la carga. Pero este se negó. Sólo cuando el
burro cayó muerto, se dio cuenta el caballo de lo estúpido que
había sido al no ayudar a su orejudo amigo.
Los
ladrones pasaron toda la carga a la grupa del caballo, incluso la
piel del pobre burro, con lo cual la carga resultaba mucho más
pesada de lo que lo había sido para aquel. ¡Más le hubiera valido
al caballo prestar su ayuda cuando se la pidieron!
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anonimo cuento - 064
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