Un
burro y un gallo vivían felices en la misma granja. Pero, un día,
un león hambriento acertó a pasar por allí y, cuando vio a aquel
rollizo burro, decidió comérselo para cenar.
En
aquel momento, el gallo se puso a cantar y, rápidamente, el león se
batió en retirada.
Al
burro le pareció divertido ver cómo el poderoso león huía ante el
simple canto del gallo y echó a correr tras la fiera descaradamente,
al tiempo que le hacía burla.
Pero
en cuanto el león dejó de oír al gallo, dio media vuelta y, de un
zarpazo, mató al burro y se lo comió. El gallo quedó trastornado
por la muerte de su amigo, pero no tardó en darse cuenta de que la
culpa había sido de este último. Se había confiado demasiado y el
exceso de confianza puede acarrear desgracias.
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anonimo cuento - 064
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