Una
paloma se posó un día a beber en un arroyo transparente. A unos
pasos de allí, una hormiga estaba también bebiendo. Al inclinarse,
cayó al agua y no podía volver a la orilla.
La
paloma corrió rápidamente en su ayuda. Cogió una ramita con el
pico, la tendió sobre el agua hacia la hormiga, que estaba ya a
punto de ahogarse. La pobre hormiga se aferró a ella y consiguió
salir sana y salva.
Antes
de que la hormiga pudiese decir palabra, pasó casualmente un
cazador, que, al ver a la paloma, la apuntó con su arco. Estaba a
punto de lanzar la flecha cuando la hormiga lo mordió en el talón.
Tardó un momento en reponerse, lo suficiente para que la paloma
pudiera escapar.
Una
vez más, una buena acción tuvo su recompensa.
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anonimo cuento - 064
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