En
un pueblo vecino paraba por aquellos días un circo en el que había
todo tipo de animales: elefantes, leones, osos...
El
zorro se dirigió a las jaulas de los leones y le dijo a uno de
ellos:
-Hay
un caballo muerto en el bosque; sígueme y tendrás un buen desayuno.
El
león no lo dudó un momento y, cuando llegaron al lugar donde estaba
el caballo, el zorro dijo:
-No
es este un sitio muy agradable para comer. Voy a hacerte una
sugerencia. Voy a atarte el caballo a la cola, así podrás
arrastrarlo hasta tu casa y comértelo allí cómodamente.
El
león aceptó y dejó que el zorro lo atara. Pero, en lugar de lo que
había dicho, el zorro le ató todas las patas a la cola del caballo.
Cuando
hubo terminado, el zorro fustigó al caballo y dijo:
-¡Tira!
¡Tira ahora!
El
caballo arrastró al león hasta la casa del granjero, quien le dijo:
-Te
quedarás aquí, viejo amigo, y nunca más volveré a pedirte que
hagas nada.
El
caballo estaba tan agradecido que, cada vez que el zorro necesitaba
un refugio, él lo escondía en su establo.
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anonimo cuento - 064
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