Era
la perdiz con el zorro.
-¿Cómo
chiflás vos tan bonito? -que le dice el zorro a la perdiz.
El
zorro le pidió que l'enseñe a chiflar. La perdiz le tenía miedo
que la coma. Pero al fin le dice:
-Bueno,
mirá, arrimate acá, a esta taula. Yo te voy a coser la boca pa que
chiflés igual que yo.
Le
cosió la boca con un tiento. Y empezó el zorro a hacer juerza pa
chiflar.
-Seguí
chiflando, ya te va a salir como a mí el chiflido. Seguí, seguí
chiflando. Sigamos por la vuelta y vos vas probando el chiflido.
Siguieron
los dos por la vuella y el zorro iba queriendo sacar un chiflidito.
Bueno,
siguió adelante. Después siguió el zorro. Iba dele ensayar el
chiflido. Por allá 'tá escondida la perdiz. Cuando llega el zorro,
la perdiz pega un volido. La desconoce el zorro y abre la boca para
cazarla, y áhi se le raja la boca del todo, y se le acabó el
chiflido.
Éste
es el cuento de la perdiz y el zorro.
Florencia
Lucero, 48 años. Potrerillos. Mendoza, 1951.
Campesina
rústica.
Cuento
693 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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