Diz
que el zorro con el quirquincho se envitaron para ir al sur, a Buenos
Aires, de compañeros, y salieron ya. Y ande se les hizo noche
trataron de dormir. Y el quirquincho hizo una cuevita, y juntó
pasto, porque ellos hacen así, y se acostó. Porque era tiempo de
helada. Y el zorro se acostó así no más, que él no tenía más
amparo que las pajas. Él se burlaba del quirquincho y él se quería
hacerse el valiente, que el frío nada le hacía. Y áhi jugaron
quién resistía más el frío. Ya cuando ha estado una buena parte
de la noche que el quirquincho, con mucho frío le dice al zorro:
-Man...
chirín... señor -que el zorro trataba de hacer fuerza con la voz
porque ya no daba más de frío.
Y
a la madrugada que ya se moría de frío el quirquincho, ya lo volvió
a hablar al compañero, ya cerca del día:
Y
el zorro que ya 'taba con las carretillas agarradas y le contestaba
que cuasi no se óiba:
Así
que cuando amaneció le volvío a preguntar y no hubo quien
contestara. Perdió el zorro, y se murió de frío.
Felipe
Lescano, 73 años.
Media
Flor. Santiago del Estero, 1951.
Cuento
833 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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