El
zorro sabía que el hombre era el que tenía más poder de todos, de
todos los que había. Y justamente tenimos más poder, aunque no
quiera el zorro.
-Pero
a mí no mi hai de embromar -que dijo el zorro.
Y
él sabía que el hombre acostumbraba a hachar. Y había sentido una
hacha en el monte y se dirigió áhi. Y áhi 'taba un hombre
hachando. Y saludó y preguntó si era él el hombre. Le dijo que sí.
-¿Y
qué 'tá haciendo, usté, aquí?
-Estoy
rajando una viga -le dice el hombre.
-Vengo
-es que le dice- para que me dé alguna idea cómo puedo hacer yo. Y
usté, que dicen que es más poderoso, pero más poderoso que yo, no
hai ser.
Bueno,
diz que el hombre estaba con una hacha partiendo una viga con cuña,
¿no?, porque se usaba con cuña efectivamente, para que el trozo se
vaya abriendo, ¿no? Y lo llamó el hombre al zorro para que le
pusiera la cuña. Claro, pega el hachazo el hombre y lo abre con la
hacha, y el zorro viene y le pone la cuña.
-Más,
más adentro -es que le dice, más adentro un poco.
Hasta
que el zorro mete la mano en la rajadura y le saca la hacha y quedó
prendido el otro. Y así lo embromó. Y ya no pudo embro-marlo al
hombre. Y claro, y el hombre lo embromó y lo dejó prendido áhi.
José
Ignacio Herrera, 64 años. Nueva Villa Río Hondo. Río Hondo.
Santiago del Estero, 1970.
El
narrador es semiculto. Originario del viejo pueblo de Río Hondo que
ha quedado bajo las aguas del dique que se acaba de construir, se ha
radicado en la Nueva Villa a donde ha sido trasladada parte de la
población desalojada.
Cuento
563. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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