Una
siesta de invierno estaba tomando sol un yacaré a orilla de un
riacho. Un mono que tenía deseos de cruzar el riacho y no podía
hacerlo, se presentó al yacaré y le dijo:
-¿Qué
tal pa, amigo
yacaré?
-Y...
che rechapáma nicó, aiconte yaguá sin
yáraicha (y... ya ves todo lo que me pasa,
vivo como perro sin amo).
-Re
yapónepa cheve una gauchada, nde picó che rovayá ¿ayepa? che
mbojhasá na pé otra orillape. (¿Me
harías una gauchada? Sos mi cuñado, quiero que me hagas pasar a la
orilla opuesta).
-Bueno,
pues, che rovayá
-le contestó el yacaré. ¿Y qué pa dice de mí tu hermana? (Bueno,
pues, mi cuñado).
Y
el mono con tal que lo pase al otro lado del riacho, le dice:
-Jhe'í
ndé rejhé, pero qué lindo mozo es ese
yacaré, amendasé nicó jhendi'é.
(Dice de vos, pero qué lindo mozo es ese yacaré, querría casarme
con él).
Y
el mono cuando ya estaba sobre el lomo del yacaré, éste seguía
preguntándole:
-¿Y
qué más dice de mí tu hermana?
-Que
tenés linda boca, que sos bueno, que tenés linda estampa, en una
palabra, que ndé raijú sin igual. Cuando estaban ya llegando a la otra orilla y el mono ya
daba el salto en tierra consiguiendo su propósito, le dice el
yacaré:
-Decile
a tu hermana que yo también la quiero y que me espere para casarme
con ella.
Y
el mono vivo le contesta:
-¡Si
mi hermana ya es casada! Y dice por vos: ese tobá
mocái, acä chipá guazú, jheté cucú, rezá guazú, mboriajú
locro (ese falso, cabeza de chipá grande,
cuerpo lleno de pústulas, ojos saltones y quebrados como locro de
pobre).
El
yacaré indignado no tenía más remedio que resignarse y comprender
que el mono fue más vivo que él. Lo engañó picó y consiguió que
lo pase.
Valentina
Zarza, 88 años.
Manantiales.
Mburucuyá. Corrientes, 1950.
La
narradora, de cierta cultura, es bilingüe guaraní-español. Conoce
el cuento desde sus primeros años.
Cuento
765 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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