Versión
española
Diz
que había un loro muy cuentero. Lo habían criado en una estancia, y
le avisaba al patrón todo lo que hacían,
los capataces. Ya había hecho echar no sé cuantos, con los cuentos.
Después había sabido otro capataz que el loro era cuentero, y
agarrando un pollo lo peló vivo no más diciendo:
-A
todos los cuenteros les haré así.
El
loro estaba callado atendiendo. Después cuando llegó el patrón
trayendo un cura para que lo visite, cuando se retiraron a ver los
trabajadores, el loro le dijo al capataz:
-¿Has
visto? Ese cura debe ser muy cuentero, porque le han pelado la
corona.
Jacinto
Carpio, 69 años. Villa Salavina. Santiago del Estero, 1951.
Versión
del narrador.
Villa
Salavina, centro de la zona quichuizante de Santiago del Estero, es
uno de sus pueblos más antiguos.
Cuento
787b Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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