Era
un hombre que tenía un parral de uvas y siempre se las comían.
Descubrió que era un mono. Entonces un día hizo un mono de barro,
le puso por encima pega-pega y lo puso en la puerta por donde tenía
que entrar el mono. Y vino el mono y lo vio al mono de barro y
creyendo que era vivo, le dijo:
-Buenas
noches, amigo.
Y
le dio la mano, y se quedó pegado.
Y
entonce le dijo:
-Soltame
que te doy una trompada -y le pegó y se quedó pegado.
Y
le pegó con un pie y se quedó pegado.
Y
le pegó con el otro pie y se quedó pegado también. Entonce vino el
dueño del parral y lo ató al mono. Y le dijo que le iba a dar una
paliza.
Entonce
pasaba un lión y el mono le dijo:
-¿Qué
tal, tío lión? ¿Quiere comer una res de carne? Porque yo no la
quiero comer, no tengo hambre, me han atado aquí. Entonce dijo el
lión:
-Bueno.
Y
lo desató al mono y el mono lo dejó atado al lión.
Y
entonce vino el dueño y le dio una paliza tremenda al lión. Y el
lión se fue a buscar al mono para matarlo. Y el mono había robado
una olla con tortas fritas y se había subido a un árbol. Y lo vio
el lión y le dijo:
-¡Ah,
monito pícaro, ahora te voy a matar!
Y
entonce le dijo:
-Cayate,
tío lión, subite conmigo a comer tortas.
Y
entonce, cuando iba subiendo al árbol, le echó encima la olla con
grasa caliente y lo quemó al lión. Y se disparó. El lión lo salió
a buscar.
Un
día el lión lo alcanzó al mono. Y el mono, cuando vio que llegaba
el lión, se ató de un árbol. Cuando llegó el lión le dijo que él
se ataba porque iba a venir un viento muy fuerte y se iba a llevar a
todos los árboles y a todas las cosas del mundo, menos a ese árbol.
Y
entonce el lión le dijo:
-¡Átame
a mí, por favor!
Entonce
lo ató bien fuerte y se disparó.
Angélica
Molina, 9 años. Esquel. Chubut, 1955.
Variante
del cuento tradicional, al que se han agregado motivos de las
aventuras del mono, del tigre y del zorro.
Cuento
676. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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