Había
una vieja que tenía un loro hablador. Un día la mujer sale y la
casualidá, viene por la calle un hombre con unas cargas con bolsas
de harina, vendiendo.
El
hombre al llegar a la casa grita:
-¡Señora!
¿no compra harina? ¿Le descargo algunas bolsas?
Entonces
el loro le contesta:
-Baje
todo.
El
hombre se pone a descargar la harina y estaba esperando que salga la
señora a recibir y pagarle, cuando llega de la calle, la mujer. Y el
hombre le cuenta que estaba esperando que le paguen, porque él
ofreció la harina y de dentro le contestaron que las baje.
La
mujer se dio cuenta que el loro era el que contestó y le dijo al
hombre que cargue la harina y se vaya, que nadie había en la casa y
que seguramente es el loro que ha hablado.
Entonces
el hombre enojado cargó y se fue. Y la señora entró y agarró una
rama y empezó a castigarlo al loro por lo que hizo.
El
loro, las chuequiadas no más, corría de aquí para allá hasta que
pudo esconderse debajo de un baúl. Luego, un gato le sacó la carne
a la señora y enojada también lo castigó con una rama. El gato se
disparó y fue a dar donde estaba escondido el loro. El loro al verlo
le dice:
-¡Ah!,
chey, ¿que vos también has hecho descargar harina?
Aquí
termina el cuento.
Luis
Torres, 65 años.
Pinchas.
Castro Barros. La Rioja, 1950.
El
narrador es persona culta.
Cuento
782 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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