Una
vez venía una tropa de carros. Una tropa de carros que marchaban en
esos años cargadas.
-Mirá
-dice el peludo- ahí viene una tropa de carros. Vamos a volcar un
carro y vamo ayudarles a cargar y nos van a dar algo que comer.
Áhi,
en la güella, claro, el peludo tenía fuerza, y cuando fue a pasar
el carro, se puso en la misma güella, y se levantó pa arriba, y lo
volcó al carro. Y ellos se presentaron y les ayudaron a recoger y
cargar. Qué, los troperos les dejaron quesos, les dejaron masitas,
de todo pa que comieran.
-Bueno
amigo, ahora le toca a usté. Di aquí a unos días, dice, cuando
quedemos sin comer, que pase otra tropa, va tener que volcar usté el
carro.
Así
fue. Se quedaron sin comer, allá, a los varios días, porque tenían
de todo, masitas, queso, de todo comían ellos. Cuando ya se quedaron
sin nada, le dice:
Agarra
el zorro, hace una cueva en la güella, y cuando iba a pasar el carro
se enderieza pa arriba y le pasa el carro por encima. Lo mata al
zorro. No tuvo fuerza suficiente para volcarlo.
Domingo
Adelaido Tello, 68 años. Valcheta. Río Negro, 1971.
Cuento
313. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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