Eran tres compañeros
que habían salido a rodar tierra, el peludo, el zorro y el avestruz.
Primeramente,
para tener qué comer, el peludo se enterró en una cueva, y hizo echar una
cuadrilla de yeguas, y enlazó una. Cuando la enlazó, le gritó:
Depué,
cuando habían pasado otros días y no tenían qué comer, iba un carro con queso.
Se puso el peludo debajo 'e la rueda, hinchó el lomo, le hizo pegar un
barquinazo y voltió un queso, y comieron.
Después
le tocó buscar de comer al zorro. Y quiso hacer la misma prueba del peludo,
enlazar una yegua. Y se enlazó de la verija con la presilla y se enterró en una
cueva. Hizo echar las yeguas y enlazó una. Y lo sacó la yegua de la cueva, y
disparó con él a la rastra. Y l'avestruz lo corría pa atajar las yeguas y
entonce le decía:
El quirquincho, el
carumbé, tiene sus uñas como grampas,
que lo engrampa en la tierra y es muy difícil sacarlo una vez que dentra
adentro 'e la cueva. Y además tiene los anillos que los hincha y si afirma en
la cueva. Y el zorro no tiene nada de eso.
Esteban Pérez, 70
años. Viale. Paraná. Entre Ríos, 1970.
Peón de campo y
tropero. Buen narrador. Variante del cuento tradicional.
Cuento 276. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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