Un
día dice el león que lo va a buscar de socio al zorro. Se va a la
casa y le dice:
-Bueno.
Todo lo que produzca debajo de la tierra es mío, y lo que produzca
arriba de la tierra es suyo.
-Yo
te doy plazo de tres días. Si adivinás lo que yo he sembrado, te
quedás con todo, con todo el campo.
Bueno,
el zorro no podía adivinar porque no conocía la planta. Entonce
resolvió disfrazarse para poder oír lo que el león comentaba con
los otros. Entonce él agarró un día y hizo mucho engrudo y se puso
por todo el cuerpo, y desplumó una gallina y echó las plumas en el
suelo. Y se revolcó. Y quedó como un brujo, con las plumas pegadas.
Parecía un bicho desconocido, de raro de más que quedaba.
Vio
que estaba sentado el león al lado de una galería, así. 'Taba bien
sentau. Y agarró el zorro y se entró al sembrado y acható mucha
lenteja, muchas plantas, y entonce que dice el león:
-¡Ay!
Quién es este bicho que vino al revolverme toda mi lenteja. Cómo me
la dejó toda achatada -dice.
Tránsito
Ereñú de Páez, 79 años. Nogoyá. Entre Ríos, 1970.
Variante
del cuento tradicional con el desarrollo del motivo de
la vieja disfrazada que adivina al diablo un nombre haciéndolo
hablar.
Cuento
328. Fuente: Berta
Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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