El zorro era muy diablo. Solía
hacé enojá de má
al tío tigre. Y el tigre lo quería matá. Y el tigre 'ecía:
-Lo quero matá a este cabezudo.
Vo nicó
sabé qúe te busco pa matate. ¿Vo, pa,
creé que te va a salvá?
Y el tigre le mangueaba
al zorro. Que había sólo una parte que había agua y el zorro tenía que vení a
tomá agua. Y en esa parte 'taba el tigre. Y el zorro sabía y 'ecía:
Y el zorro jue y se puso miel y se
rodó
en un montón de hojas. Y salió lleno de hojas como un bicho raro de má. Y el
tigre le mangueaba en el agua. Y él 'taba loco de sé y vino lleno de hojas y
pasó. Y si agachó, tomó agua, y el tigre mirando por él, toito asustao, de ese
bicho que nunca vio. Y el zorro 'taba tomando agua un güen rato. Y de lejo no
más le 'ice el tigre:
Isabelino Ramírez, 73 años. Santo
Tomé. Corrientes, 1952.
El narrador es trabajador rural.
Habla guaraní y su lenguaje tiene las características del español regional.
Cuento 173. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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