Que el tigre se había carniau un
ternero, y el zorro le pedía la vejía y las tripas. Y el tigre le dio la vejía.
Y el zorro infló la vejía y l'echó
moscardones, y se la ató a la cola del tigre, en un descuido. Y que le dice:
Un día, el tigre venía bajando la
Cordillera,
y el zorro se metió en una cueva, y el tigre lo agarró de la cola. Y el zorro
le dice:
Y entonce se creyó el carancho y cantó.
Y cuando s' echó p' atrás, le tiró el zorro un puñau de tierra. Y salió huyendo
el zorro, y el carancho quedó con los ojos y la boca lleno de tierra.
Y entonce vino el tigre y cavó,
cavó hasta el fondo, y cuando no lo encontró, le dijo al carancho:
Alfredo Barrera, 11 años. Beazley.
San Luis, 1948.
El narrador utiliza la forma
esquematizada típica de la narración de los niños.
Cuento 154. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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