Todos los años las aves
iban a un gran baile en el cielo. El zorro quería ir y s'hizo compadre del
águila y le pidió que lo llevara. El águila lo llevó a cococho.
En el
cielo el zorro comió muchísimo, cantó y bailó, ¡como es tan divertido! Cuando
se terminó la fiesta se despidieron todos y se volvieron. El águila lo volvió a
traer con sacrificio porque el zorro es muy pesado para ella. El zorro estaba
muy orgulloso de haber ido al cielo, pero como es tan traicionero, se portó muy
mal con la comadre. El águila tenía tres hijos y el compadre zorro se los
comió. El águila había salido a buscar alimentos. Después vino el águila y no
encontró ningún hijo y se dio cuenta de todo. A los muchos tiempos encontró al
compadre zorro, y le dijo:
Alfredo Barrera, 11
años. Beazley. La
Capital. San Luis, 1948.
El cuento combina el
motivo de la fiesta en el cielo con el de los hijuelos muertos por
engaño.
Cuento 554. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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