Una vez que salió un decreto en un
diario, para que no se mataran más los zorros. Los juanes
cuando supieron la noticia, que hicieron un gran banquete. Ya que a la
madrugada se habían agarrau una chupa
bárbara, que estaban los gritos, y a los saltos, festejando el decreto,
contentísimos.
En eso viene llegando, que lo
divisan a la distancia, un campero con una tropilla de perros, de galgos. Y los
zorros, que cuando lo vieron, más chupaban y gritaban. Y el campero se allegaba
cada vez más. Y los zorros, ¡miéschica!,
que comienzan a alarmarse, y que uno dice:
-Pero si está puesto en los diarios
que a nosotros no nos tienen que molestar -que decían los juanes.
Y qué ¡miéschica! ¡Caráfita!
Ya llegaron no más los perros y quedó la disparada de los zorros borrachos, y
los perros que los tarasquiaban
y los corrían a lo que daba. Y ya los jodieron, los mataron a todos, con
decreto y sin decreto.
Jorge Pardo, 36 años. La Florida. Pringles.
San Luis, 1947.
Trabajador rural de cierta cultura.
Ésta es una variante del cuento
tradicional de El decreto.
Cuento 63. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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