Que iba una vez un
Gallito Pelado por un camino a las fiestas de Sumalao. Y a su paso le salió un
zorro y le preguntó:
Entonce
el zorro se ha entrado por el culito del gallito y el gallito ha seguido.
Caminó un día entero. Muy pesado iba porque llevaba al zorro adentro. Y después
encontró un león, y le ha dicho:
Y se
ha entrado el león y lo ha llevado el gallito. Y ha seguido el camino otro día.
Y ha encontrado un tigre y le ha dicho:
-¡Llevame!
Y se
ha entrado el tigre y lo ha llevado el gallito. Y ha seguido su camino. Y
cuando ha andado un día entero, se da con un río y no podía pasar. Entonce le
dice el río:
Y el
gallito ha tomado toda el agua y ha seguido el camino. Y ha llegado a Sumalao.
Ha llegado a una finca y ha pedido alojamiento. Y la señora de la casa, de
verlo tan feo, no se lo quiso dar, y lo ha mandado con los peones que lo echen
al gallinero para que lo maten las gallinas. Y esa moche, cuando han comenzado
a picarlo las gallinas, él les ha soltado el zorro, y el zorro ha muerto todas
las gallinas. Y al otro día, cuando la señora se levanta lo encuentra
dormidito, haciendosé el miche.
La
señora, al ver el destrozo que le ha hecho, lo reta al gallito y lo hace echar
en los potreros donde estaban las vacas, para que lo maten. Y esa noche, el
gallito, cuando las vacas han comenzado a corniarlo, les ha largado el león y
las comió a todas. Cuando la señora ha visto todos los animales muertos, se ha
enfurecido y lo ha mandado a encerrar en los potreros donde estaban los
caballos y las mulas, para que lo maten. El gallito esa noche soltó el tigre y
se los comió a todos. Cuando amaneció, la señora va a verlo si lo habían muerto
los animales y lo encuentra con vida, acurrucadito en un rincón del potrero. Y
ya vio el perjuicio que le había hecho y trató de otra manera.
La
señora hace preparar el horno para quemarlo al gallito que tanto destrozo le
había hecho. En lo mejor que estaba ardiendo el fuego del horno lo agarra al
gallito y lo tira adentro. Y el gallito ha soltado el río. Y se ha apagado el
horno y todos han tenido que disparar para no ahogarse. Y después el gallito ha
dejado ahí el gran beneficio del agua.
Clara Sánchez de
González, 38 años. Sey. Susques. Jujuy, 1954.
La narradora es
maestra de la escuela de este pueblo de Collas. Aprendió el cuento en Molinos,
Salta, del padre, que era un gran narrador, por eso corresponde a la tradición
de Salta y no a la de este pueblo de la Puna.
Cuento 386. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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