Estaba
el zorro caminando y vio una camella. El erizo, que estaba a su lado, le dijo:
-Vamos a
echar una carrera. Quien de los dos llegue primero se quedará con ella.
El zorro
fue el más rápido y cuando llegó se montó encima de la camella. El erizo,
dolido, le dijo a su amigo el zorro que le dejase montar con él, y éste
respondió:
-Cuando
me recites un gaaf [1].
En tono
solemne el erizo empezó:
Quien pasó la noche andando
detrás de una bonita mujer...
-Sube,
ponte en la parte de atrás y recítame otro poema -ordenó el zorro.
Subió
rápido el erizo y le contestó:
-Lo
recitaré si me dejas sentar en la parte delantera.
Y
empezaron a pelearse, a darse empujones para ver quién podía ir sentado
delante, mientras la camella continuaba andando apaciblemente. Se cayó el
zorro y se quedó montado el erizo.
El zorro
decidió ir a ver a un juez y plantearle el problema. Le contó lo sucedido y
dijo el juez:
-Voy a
darle la camella a quien de vosotros me traiga un caracol lleno con su propio
sudor.
Se
marcharon los dos para hacer lo que les había encargado el juez.
Estuvo
el zorro todo el día corriendo, pero cuanto sudaba se lo secaba el viento. El
erizo se sentó bajo una guerba y aprovechó
su goteo hasta que se llenaron todas sus espinas de agua. Después, se sacudió
hasta llenar el caracol y se presentó ante el juez.
El zorro
empezó a explicarse:
-Yo
estuve corriendo todo el día, pero no pude recoger nada porque todo lo que sudé
se lo llevó el viento.
Mostró
el erizo su caracol lleno y el juez sentenció:
-La
camella la consiguió el erizo con su sudor.
El zorro
no quedó convencido con esta sentencia y le dijo al erizo:
-Tenemos
que ir a otro juez más justo.
El erizo
accedió a regañadientes y cuando estuvieron ante el nuevo juez éste les dijo:
-Cada
uno cogerá un rebaño de ovejas y lo llevará al pasto. Quien de vosotros dos
traiga el ganado mejor alimentado será el dueño de la camella.
El zorro
se llevó su rebaño a un lugar donde había abundante hierba y estuvo todo el
día trabajando hasta que todas las ovejas estuvieron hartas. Al ponerse el sol
las devolvió al redil.
El
erizo, en cambio, hizo correr todo el día el rebaño alrededor del redil sin
dejarlas comer ni beber nada. Al llegar la noche las ovejas estaban agotadas y
cayeron rendidas en un profundo sueño.
Durante
la noche, al subir la luna, las ovejas del zorro empezaron a despertarse y a
balar, mientras que las del erizo no podían abrir los ojos de cansancio.
El juez,
al ver el comportamiento de los dos rebaños, dijo:
-Está
bien claro que las ovejas del zorro tienen hambre y, al contrario, las del
erizo están tan hartas que no pueden ni moverse. Para él será la camella.
Volvió
el zorro a protestar por esta decisión y el juez accedió a otra prueba. Les
dijo:
-Mañana,
al amanecer, cada uno saldrá con un saco vacío y deberá traerlo al anochecer
lleno de n'big.
Al día
siguiente, salió el zorro de madrugada y estuvo recolectando n'big durante todo el día. Al llegar la
noche regresó muy cansado y cayó rendido por el sueño.
Mientras,
el erizo, que había estado durmiendo y descansando tranquila-mente durante todo
el día, esperaba escondido la llegada del zorro. Y, cuando lo vio
profundamente dormido, cogió el saco lleno de n'big y lo vació en el suyo. Luego fue a buscar excrementos de
cabra y llenó con ellos el saco del zorro.
Al día
siguiente se presentaron ambos ante el juez y mostraron el contenido de sus
sacos. De nuevo, el juez otorgó la camella al erizo ante la desesperación del
zorro, que no conseguía entender lo que había ocurrido.
051 Anónimo (saharaui)
No hay comentarios:
Publicar un comentario