Una vez,
los animales se reunieron para elegir un nuevo jefe.
Algunos
de ellos proponían que fuese la hiena, pero otros decían que no, puesto que un
día se los podría comer. Otros propusieron al león, pero había quienes no lo
aceptaban por la misma razón.
Mientras
discutían, uno dijo:
-Vayamos
a consultar al erizo, que es el más inteligente, y que él decida quién debe ser
el nuevo jefe.
Fueron a
verlo y le dijeron que iban en su busca para que fuera su jefe.
-Es
imposible -les contestó-, vosotros sois mis enemigos.
-Pues
danos un consejo -le pidieron.
-Hacedlo
a suertes y el que salga elegido será vuestro jefe.
Así lo
hicieron y le tocó al mono.
Después
de ser nombrado jefe de los animales, el mono les dijo:
-Para mí
es suficiente que me hagáis reír. Cantad, bailad... hasta hacer que me ría.
De nuevo
los animales se pusieron a discutir para ver quién sería el primero en cantar y
bailar.
Como no
lograban ponerse de acuerdo, alguno de los animales propuso ir otra vez a ver
al erizo para que los aconsejara nuevamente.
-Hacedlo
a suertes y el que salga deberá cantar y bailar en primer lugar -les contestó.
Esta vez
el elegido fue el león, que empezó a cantar su canción:
Da al tiempo su vuelta [1]
Da al mono su reinado.
Después
empezó a bailar y en uno de sus pasos dio con su zarpa al mono y lo mató.
A partir
de aquel momento, jamás gobernó un mono.
051 Anónimo (saharaui)
[1] Expresión que significa
«reconocer los errores y saber esperar que la ocasión sea propicia».
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