Una vez
iban andando juntos por un sendero un zorro, un erizo y una hiena. El zorro
caminaba delante y descubrió un cepo medio escondido bajo tierra. Y,
dirigiéndose humildemente a la hiena, le dijo:
-¿Por
qué no me has abofeteado? ¿Cómo consientes que yo vaya en cabeza del grupo si
tú, por tus grandes cualidades, deberías ser el jefe de todos nosotros?
La
hiena, halagada por las palabras del zorro pasó delante de éste y quedó
apresada en el cepo.
-¡Qué
rabia! -exclamó.
-La
rabia vas a sentirla cuando lleguen los dueños del cepo -dijo el erizo.
051 Anónimo (saharaui)
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