Buscó el
gato al jefe de los ratones y le dijo:
-Haz una
reunión con todos tus ratones y les explicas que acabo de regresar de mi
peregrinaje a La Meca y he reafirmado ante Dios mis creencias religiosas. Por
ello, nunca más volveré a comer ratones, podéis vivir en paz desde este momento.
Convoca una reunión y yo mismo les hablaré de mi peregrinaje, de mis nuevos
propósitos, me solidarizaré con ellos y seré su amigo.
El jefe
de los ratones los convocó a una prudencial distancia de donde se encontraba
el gato y, mientras iban llegando, observaba sus gestos. Antes de que éste
empezase a hablar, dijo:
-Espera,
Hash, gato peregrino, quiero decir algo.
-Adelante
-contestó el gato.
Y el
jefe de los ratones continuó:
-Amigos,
el gato Hash ha regresado recientemente de La Meca. Una de las señales de su
viaje es el extraño temblor de sus bigotes. El que tenga un agujero debe
meterse en él, y el que no lo tenga debe buscarse uno inmediatamente.
En un
instante empezaron a saltar ratones desde todas partes por encima de la cabeza
del gato, quien se quedó sorprendido y buscando con la mirada en todas
direcciones.
051. Saharaui,
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