190. Cuento popular castellano
Era un hombre que se le habían muerto
las hijas, cada año una, en el mismo día de Viernes Santo. Y el día de Viernes
Santo tenían la hija a cuerpo presente. Y estaba el padre desesperado y
blasfemando mucho. Y le dijeron:
-Calla, que pasa la procesión.
Y al llegar el sepulcro enfrente su
puerta, cogió la escopeta y dijo que iba a tirar un tiro al sepulcro. Y en el
momento de apuntar con la escopeta, quedó inmóvil de pies y manos. Y estuvo tres
días en esa posición, sin poderse menear del portal. Luego fueron los curas a
ponerle istolas y rezar y echarle bendiciones. Y a los tres días recobró la
lengua y los pies y manos.
Fuentelapeña,
Zamora. 2
de mayo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
No hay comentarios:
Publicar un comentario