19. Cuento popular castellano
Ésta era un águila que tenía su nido
en un roble. Y un día va la raposa y la dice:
-Aguililla, dame un hijillo.
-¿Ah, sí? No quiero, que son míos.
-Pues pego un rabazo al roble, le tiro
y te como a ti y a tus hijillos.
Y al oír eso, el águila, asustada, la
tiró un hijillo. Y se le comió
la raposa. Y después de comerle, dice:
-Aguililla, dame otro hijillo.
-¿Ah, sí? No quiero, que son míos.
-Pues pego un rabazo al roble, le tiro
y te como a ti y a tus ijillos.
Y el águila, asustada, la tiró otro. Y
se le comió. Y luego vuelve a decir la raposa:
-Aguililla, dame otro hijillo.
-¿Ah, sí? No quiero, que no me quedan
más que dos.
-Pues pego un rabazo al roble, le tiro
y te como a ti y a tus ijillos.
-Mira; en vez de comerme a mí, vete y
come a mi primo el alcaraván, que está allí durmiendo al sol.
Y fue la raposa y le pilló al
alcaraván dormido. Y según le tiene en la boca para comerle, le dice el
alcaraván a la raposa:
-Mira, si vas a comerme, por lo menos
avisa antes a mi familia.
-Y, ¿qué quieres que diga?
-Pues para eso tienes que gritar bien
alto, para que todos se enteren: «¡Alcaraván comí!»
Así lo hizo la raposa. Gritó muy alto:
-¡Alcaraván comí!
-¡Más fuerte, más fuerte! -le dice el
alcaraván-. Que está lejos la familia y no lo oye.
Y vuelve a gritar la raposa, más
fuerte que antes:
-¡Alcaraván comí!
-Más fuerte, más fuerte, que está muy
lejos.
Y entonces, abriendo mucho la boca,
vuelve a gritar la raposa más fuerte que antes:
-¡¡Alcaraván comí!!
Y en ese momento, al abrir tanto la
boca, el alcaraván se escapó diciendo:
-A otro tonto, que no a mí.
Astudillo,
Palencia.
Narrador
LXXXV, 13 de mayo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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