208. Cuento popular castellano
Un individuo mató a uno a orilla de un
cardo en un rastrojo. Y lo enterró allí. Y al marcharse, como nadie había visto
lo que había hecho, dijo que cuando el cardo supiese hablar, se descubriría el
hecho.
Y al cabo de un año fue descubierto
por el caballo, que al llegar al cardo no le hacían pasar, ni bien ni mal, ni
con él ni con nadie. Y entonces fue que se declaró él mismo que le mató.
Pasó en Segovia.
Sepúlveda,
Segovia. Narrador
XIII, 1 de abril, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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