Hubo
cierta vez tres sufíes tan observadores y experimentados acerca de
la vida que llegaron a ser conocidos como «Los tres hombres
perceptivos».
En
una ocasión, durante uno de sus viajes, encontraron a un camellero
que les preguntó:
-¿Habéis
visto mi camello? Lo he perdido.
-¿Es
ciego de un ojo? -inquirió el primer hombre perceptivo.
-Sí
-dijo el camellero.
-¿Le
falta uno de los dientes de delante? -preguntó el segundo
perceptivo.
-Sí,
sí -respondió el camellero.
-¿Es
cojo de una pata? -averiguó el tercer perceptivo.
-Ciertamente
-reconoció el camellero.
Los
tres perceptivos aconsejaron al buen hombre que caminase en la misma
dirección que ellos habían seguido hasta allí, pero en sentido
contrario, y lo encontraría. Pensando que ellos lo habían visto, el
camellero se apresuró a seguir su consejo.
Pero
no encontró el camello. Se dio prisa entonces en regresar para
entrevistarse una vez más con los perceptivos, a fin de que,le
dijeran qué debía hacer.
Los
encontró al atardecer, en un lugar donde descansaban.
-¿Carga
su camello de un lado miel y del otro maíz? -preguntó el primer
perceptivo.
-Sí,
sí -dijo el hombre.
-¿Lo
monta una mujer embarazada? -preguntó el segundo perceptivo.
-Sí,
sí -respondió el camellero.
-Ignoramos
dónde está -dijo el tercer perceptivo.
Tras
estas preguntas y esta negativa, el camellero llegó al
convencimiento de que los tres perceptivos le habían robado su
camello, su carga y jinete, y los demandó ante el juez acusándolos
de ladrones.
El
juez consideró que había razones para desconfiar de ellos, y los
detuvo como sospechosos de robo, para llevar a cabo las consiguientes
diligencias que confirmasen su culpa o los absolviera de ella.
Algo
más tarde, el camellero encontró al animal vagando por el campo.
Regresó a la corte y pidió que los tres perceptivos fuesen puestos
en libertad
El
juez, que no les había dado hasta el momento oportunidad de
justificarse, preguntó cómo pudieron saber tanto acerca del camello
sin siquiera haberlo visto.
-Vimos
las huellas de sus pisadas en el camino -dijo el primer perceptivo.
-Una
de las marcas era más débil que las demás, por lo que deduje que
era cojo -dijo el segundo perceptivo.
-Sólo
había mordisqueado los matorrales de un lado del camino, y, por
consiguiente, tenía que ser ciego de un ojo -dijo el tercer
perceptivo.
-Las
hojas estaban rasgadas -continuó
el primer perceptivo, lo que indicaba que había perdido un diente.
-Abejas
y hormigas, en diferentes lados del camino, se amon-tonaban sobre
algo depositado en él. Vimos que eran miel y maíz -explicó el
segundo perceptivo.
-También
encontramos algunos cabellos humanos tan largos que nos hicieron
pensar que eran de mujer. Y estaban precisamente donde alguien había
detenido al animal y se había apeado -declaró el tercer perceptivo.
-En
el lugar donde la persona se sentó, observamos huellas de las palmas
de ambas manos, lo que nos hizo pensar que había tenido que
apoyarse, tanto al sentarse como al levantarse, y por ello dedujimos
que debía estar embarazada, en un período muy avanzado de gravidez
-dijo el primer perceptivo.
-¿Por
qué no solicitaron ser oídos por el juez, para presentar estos
argumentos en defensa propia?
-Porque
contamos con que el camellero seguiría buscando y no tardaría en
encontrar el animal -dijo el primer perceptivo.
-Y
que se sentiría lo suficientemente generoso como para reconocer su
error y solicitar nuestra libertad -dijo el segundo perceptivo.
-También
contamos con la curiosidad natural del juez, que lo llevaría a
investigar -dijo el tercer perceptivo.
-Descubrir
la verdad por sus propios medios sería más beneficioso para todos
que el que insistiéramos en que se nos había tratado con
impaciencia -dijo el primer perceptivo.
-Sabemos
por experiencia que es mejor que la gente llegue a la verdad a través
de lo que piensa por voluntad propia -dijo el, segundo perceptivo.
-Ha
llegado la hora de que nos marchemos, porque nos espera una labor que
debemos llevar a cabo.
Y
los pensadores sufíes siguieron el destino que se habían marcado.
Todavía se los encontrará trabajando por los caminos de la tierra.
0.187.1
anonimo (asia) - 065
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