Para
ilustrar la fuerza de la imaginación y la opinión, se cuenta un
cuento de un truco que aplicaron unos niños a su maestro.
Los
niños deseaban tener un día de vacaciones y el más astuto de ellos
sugirió que cuando el maestro llegara a la escuela cada niño debía
compadecerse de él por su supuesta apariencia de enfermo. De acuerdo
con esto, cuando entró el maestro, uno dijo:
-¡Oh,
maestro, qué pálido está!
Y
otro dijo:
-Parece
estar muy enfermo hoy.
Y
así continuaron. El maestro primero respondió que nada le sucedía,
pero, como un niño detrás de otro continuaron asegurándole que
parecía estar muy enfermo, se imaginó finalmente que había
enfermado. Así que regresó a su casa y quiso que los niños lo
acompañaran allí, le contó a su mujer que no se encontraba bien,
indicándole que notara lo pálido que estaba. Su mujer le aseguró
que no estaba pálido y se ofreció a convencerlo trayendo un espejo;
pero él rehusó mirarse y se metió en la cama. Luego les ordenó a
los niños que comenzaran con sus lecciones, pero ellos le aseguraron
que el ruido le daría dolor de cabeza; él les creyó y los mandó a
sus casas, ante el enojo de sus madres.
0.187.1
anonimo (asia) - 065
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