A los animales les habían dicho que las carretas tráian
cosas ricas, pasas, alfajores, quesos. Que cuando se daban vuelta, quedaban
muchas cosas para comer en el suelo. Que haciendo hombro en una rueda se daban
vuelta.
Una vez, los animales 'taban reunidos y
vieron venir una carreta cargada de todo. Áhi dijieron a ver quién se ponía en
la güella y hacía hombro para voltiar la carreta. Pero no se animaban. Todos
dispararon de la güella y se pusieron a ver. El único que hizo valor fue el
sapo. Y se puso en la güella. Cuando pasó la carreta medio se hizo a un lado,
pero lu alcanzó a agarrar di atrás. Trató de salvar la cabeza, pero le pasó por
los cuadriles. Y algo voltió de las cosas que llevaba la carreta, que iba muy
cargada. Y el sapo le dijo a los compañeros:
Y de áhi le quedaron al sapo aplastados
los cuadriles y la cabeza levantadita, afirmado en los dos bracitos.
Juan C. Ruarte, 66 años.
Villa General Roca. Los Manantiales. Belgrano. San Luis, 1951.
Cuento 302. Fuente:
Berta Elena Vidal de Battini
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