Dice que eran el quirquincho y el zorro. Eran amigos,
compañeros. Se juntaban por ahí.
Y el quirquincho va y ve una carreta
qu'iba llena de quesos. Y agarra, éste, se pone en la huella del camino. Va la carreta, pega un tropezón,
y salta un
queso. Pasa la carreta, pero queda el queso. Entonce el quirquincho se puso a
comelo al queso. Y viene el zorro:
-Y mi hi puesto en el camino y ha tropezau la rueda en
mí y ha saltau el queso.
Claro, el quirquincho era duro. Si hacía
una pelotita, así quedaba hecho, y ahí tropezaba la rueda como tropezar en una piedra. Pero el zorro,
blando, agarró y se puso. Viene la rueda. Y lo pasa y lo hace pedazo, al zorro,
lo corta en el medio. ¡Qué le va a pasale como
al quirquincho, que es duro!
María Adela Oviedo de
Nieva, 68 años. Santa Rosa .
Tinogasta. Catamarca, 1970.
Lugareña. Buena
narradora.
Cuento 298. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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