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viernes, 9 de enero de 2015

Reflejos

Una tarde, al anochecer, estaban dos pajaritos a la orilla de un lago. Miraban, encantados, cómo se iban encendiendo, una a una, las estrellas. De repente, las vieron encenderse también en el lago.
-¡Mira! -gorjeó a su amigo. No son otras estrellas, sino su reflejo en el lago. Mañana, si volamos sobre él, también veremos nuestro reflejo en el agua.
A la mañana siguiente, se divirtieron sobrevolando el lago y contemplán-dose en sus aguas.
Si pasáis cerca de un estanque, mirad el agua y veréis vuestro propio reflejo. Pero no os inclinéis demasiado, de lo contrario os caeréis como le ocurrió a Narciso.


0.999.1 anonimo cuento - 063

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